SEMILLAS DEL ASESINO

Una fría y espesa niebla se arremolina en un gótico patio. Los rayos apuñalan las nubes tormentosas con sus chispas, mientras que los truenos sonaban fuertemente en contra del suelo. A través de la llovizna, las llamas de las antorchas se movían a cada lado de las puertas principales del baluarte. Muy por encima de este lugar, el castillo Ravenloft se veía en todo su esplendor, y desde una vidriera redonda con fragmentos de cristales aún fijos al marco de hierro el conde Strahd Von Zarovich, veía como una turba cansada de su destino decidió a atacar el castillo. ¡Matemos al vampiro! decía la turba mientras que el conde reía desde su cómodo hogar, pronto la furia de los plebeyos se convirtió en desesperación al momento que Strahd desplegó una fracción de su poder, uno a uno los plebeyos fueron asesinados degollados por las garras del conde hasta que solo quedó un pobre joven. Strahd lo tomó en sus brazos y con felicidad lo levanto: Bien, eres tú el que me va a servir para mis planes. Dijo el conde mientras tomaba al hombre asustado en dirección a los establos del castillo. 


Muy lejos en la mansión de Argynvostholt el grupo tomó de las cenizas del retornado Vladimir, el símbolo de Ravenkind, pronto Lion lo tomó para pasárselo a la inteligente Freya quien quería identificarlo, sin embargo, la energía oscura de la mansión le generaba desconfianza, Rener quien quería seguir explorando fue al siguiente cuarto para terminar de revisar el lugar, justo allí se encontró con los demás cadáveres de la orden del dragón de plata, el druida muy sigilosamente quiso ver más allá sin interrumpir el sueño de los cadáveres pero sin importar sus pisadas logró un pequeño ruido en las viejas tablas del piso que levantó al ejército de Argynvostholt, Freya y los demás salieron al encuentro al escuchar los gritos de Rener quien veía su vida pasar por sus ojos, pero el ataque se detuvo al ver a Lion quien poseía el símbolo, uno de los cadáveres habló y se presentó como Godfrey, el amado compañero de Vladimir quien al ver que su capitán fue vencido, vio potencial en el grupo para vencer al diablo Strahd y poder liberar sus almas, por lo que con una orden decidió dejar marchar a los aventureros, aunque también advirtió que el odio de Vladimir los perseguiría a través de toda Barovia. 


El grupo con esa advertencia en sus cabezas salió de la mansión, encontrándose en la entrada con el carromato de Vasilka y los compañeros Alexus y Domeck quienes cuidaban al infante recogido por Rener, Syndra preguntó por los demás Rothman, Lucky y Elizabeth a lo que Alexus respondió que ellos avanzaron para retornar al elfo rescatado con los suyos, los elfos del ocaso liderados por el padre de Elizabeth. Los demás avanzaron a Vallaki para descansar y reunir pistas de los objetos que le faltaban. Ya en la posada de los Martikov donde ahora era el único lugar de agrado en la nueva Vallaki, el grupo pudo conversar, algunos que se encontraban agotados fueron directamente a descansar, no sin antes Freya identificar el Símbolo que fue nuevamente entregado al clérigo Lion, quien con este nuevo poder el hombre logró quitar la maldición puesta al joven Alexus. 


Mientras parte del grupo descansaba Freya, Rener y Sobek decidieron al calor de la hoguera y el sabor del vino de Barovia comparar las informaciones que ambos grupos poseían. Gracias a eso el grupo pudo concluir que la mayoría de los objetos se encontraban en el terrible castillo, a excepción de la gema buscada por Ceres y el objeto designado a Rener quien muy sagazmente Freya calculo que se hallaba puntualmente en el cruce del río Ivlis, lugar donde una vez vieron la vida y la muerte mientras cruzaban con Morgantha. Aprovechando la información los tres decidieron viajar a ese lugar acompañados por Ezmeralda. Lamentablemente el conde tenía otros planes tramados para el grupo quienes justo cuando salieron de Vallaki fueron abordados por una carreta conducida por un joven que al ver al trio lanzó un grito de horror y huyó dando vuelta al carromato dejando caer un ataúd. El grupo consternado quiso revisar el objeto pero lo que vieron los dejó sin aliento, en el ataúd se encontraba un nombre, el nombre de "FREYA", la mujer asustada quiso investigar y al igual que Rener decidieron detectar magia, pero justo al momento de hacer el ritual una mano salió del interior del cofre y una bandada de murciélagos salió del mismo, la mano que pertenecía a un cadáver su levantó de un salto, tal fue la sorpresa del grupo al ver al cadáver quien se lanzó al ataque Vladimir había retornado con una única misión acabar con el grupo. Conociendo la debilidad de Vladimir el grupo atacó con fuego al retornado, pero al ser pocos uno a uno fueron cayendo, siendo la tiefling la primera en quedar inconsciente seguidos por Sobek y Ezmeralda, Rener presa del pánico lanzaba ataques que poco o nada le hacían a Vladimir a quien de un espadón acabó con Rener, no sin antes el druida lograr curar a Freya quien se levantó u mediante una palabra de curación a Sobek y una bola de fuego logró cambiar la situación que iba a terminar en una cruenta muerte, por fortuna Sobek logra acabar con el cadáver quien nuevamente se convierte en cenizas. El grupo gravemente lastimado regresa a la posada donde molidos por el encuentro deciden descansar en la seguridad de los hombres cuervo Martikov.



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